lunes, 6 de agosto de 2007

Fray Andresito (por César)

Hoy fui a ver a mi tio Guillermo al hospital San Juan de Dios.

Cáncer terminal a la prostata.

Sin embargo, aún esta bien, aunque más delgado. ¿Qué puedo decir de él? Uf, que es un gran tipo, influyó mucho en mi infancia, y que lo felicito por mantener un hermoso matrimonio de 48 años, muchos hijos y muchos nietos. Supo mantener una familia unida en tiempos difíciles, algo de lo que ni yo ni mi propio padre podemos presumir.

Una visita así me hace pensar en la muerte, esa maldita "mordida de pantera en lo más mío", como diría Silvio Rodríguez.

Lo paranormal se paraliza ante la Muerte. Pero también la razón. Es el momento de probar nuestras propias convicciones y creencias.
Algunos no pasan la prueba, como Rosseau y Rimbaud, que murieron en agonías horribles pidiendo perdón a Dios y renegando de sus pasados agnósticos. "Nunca más quiero presenciar la agonía de un ateo", dijo la "nana" de Rosseau.
Otros pasaron la prueba con valentía, como Carl Sagan o Isaac Asimov, quienes no aceptaron conversiones de último minuto, las consideraban una patudez espantosa. "Después de la muerte no hay nada, así como no hay nada antes de la vida", dijo una vez Asimov. Los tipos tenía "huevos", eso lo admiro y lo respeto.

¿Cuál es mi posición? Soy católico, y creo que somos trigo arrojado en tierras yermas. Estamos sólos en esta vida llena de sinsabores, pero un padre amoroso nos cuida, nos espera, y nos aconseja desde un libro milenario. Temo a la muerte, pero es mi parte animal la que teme.
Creo en los milagros, aunque estoy conciente que el 99,9 por ciento de la gente que concurre a un lugar como Lourdes no se sanará. Aunque también sé que muchos de esos no sanados se van con la convicción de que hay una intención superior y trascendente en su dolor.
Los griegos peregrinaban al Templo de Esculapio buscando sanación. ¡Y algunos seguramente también sanaban! La fe es más fuerte de lo que creemos. "Recen con fe y el enfermo se salvará", dijo Jesús.
Y es tanto así que al despedirme de mi tía, esposa del paciente, le aconsejé que fuese a la Recoleta Franciscana y pidiera la sangre -licuada eternamente- de Fray Andresito. Alguna vez investigué el tema y sé que se facilita, tras algún papeleo, para que enfermos incurables puedan rozar su cuerpo con la ampolla que la contiene. Ha habido curaciones milagrosas no muy divulgadas.

Sé que todo esto puede sonar irracional y anticientífico, pero es mi familia. Y es un asunto de vida o muerte.

¿Cómo actuarían ustedes?

1 comentario:

Gianfranco dijo...

La verdad es que se ha muerto tanta gente al rededor mío ya... y todos de cáncer, menos uno que le llegó una bala perdida...
Yo soy no teísta, creo en el poder del hombre, el poder de la mente, creo en la energía y en que todo es energía, incluyendonos.
Para mí, los milagros existen, pero bajo otra consepción, para mí son por obra de uno mismo y la fé que uno pueda tener en que todo va a resultar como se quiere, sin momento de duda, si se el da cabida a la duda es imposible que resulte lo que se desea.
Así que... ¿cómo actuaría yo? ¿cómo he actuado yo? Conservando la fé, creyendo en la perosna y que ella es capaz de superar cualquier obstaculo y haciendo lo posible para que esa persona también crea en sí misma, pero como ya he aceptaod la muerte, cuando están muy graves, cuando sufren mucho, cuando duele, sólo pido que se muera (cuando digo "pido" no e sliteral, sino que mi fe la uso en eso, ahcer que se mueran más rápido)y espero que se mueran, la muerte es un alivio para el dolor y cierra el ciclo de la energía ue vuelve a comenzar.