Hoy día desayuné pesado, así que voy a escribir un sobre algunas teorías sobre el fin de la civilización actual...
Hace algunos días leía a Russell Kirk, el polémico filósofo norteamericano, que teorizaba que para él, el fin de las civilizaciones -o por lo menos del respeto mínimo del hombre por el hombre- comenzaba cuando perdíamos el miedo a algún castigo sobrenatural luego de nuestra propia muerte o por provocar la ajena... es más, comenzaba cuando perdíamos nuestras costumbres, nustros ritos funerarias y el miedo-respeto que nos inspira el difunto.
Para hacerla corta: Un asesino se lo habría pensado dos veces antes de matar a alguien, en los tiempos -o sea apenas hace 100 años- en que se creía que las víctimas fallecidas perseguían a sus victimarios. Hoy, simplemente a los cogoteros les da lo mismo...
Mi discurso puede sonar medio Lavín, pero lo que pasa es que Russell Kirk es un filósofo conservador... pero produce controversia y eso es bueno.
En fin, Kirk decía que cada cierto tiempo surgía un poeta (oh!! sorpresa!! los poetas siguen siendo importantes!!) que escribía un gran poema sobre el inframundo -cielo e infierno- y ponía las cosas en su lugar. Dígase Virgilio con la Eneida, Dante con la Divina Comedia o T.S. Elliot con Tierra Baldía. De algún modo estos poemas causaban un efecto moral en la civilización más fuerte que mil encíclicas papales.
¿Quién no recuerda cuando niño haber leído los tormentos de los círculos del infierno de Dante y terminaba al fin portándose bien?
Hay otros autores como Jared Diamond que piensan que el colapso de la civilización siempre es ecológico e inevitable. Ejemplos hay muchos: pascuenses, vikingos, etc. Todos estos pueblos curiosamente considerados "Russeaunianamente" puros, místicos, etc.
Si bien no concuerdo con Diamond en su materialista visión, no puedo dejar de compartir con ustedes esta frase de su libro: "las ruinas de las culturas que desaparecieron, nos generan una fascinación romántica ¿Pero qué ocurrió para que esas sociedades que fueron poderosas terminaran en el colapso?".
Pero eso es otra historia.
Que duerman bien.
Hace algunos días leía a Russell Kirk, el polémico filósofo norteamericano, que teorizaba que para él, el fin de las civilizaciones -o por lo menos del respeto mínimo del hombre por el hombre- comenzaba cuando perdíamos el miedo a algún castigo sobrenatural luego de nuestra propia muerte o por provocar la ajena... es más, comenzaba cuando perdíamos nuestras costumbres, nustros ritos funerarias y el miedo-respeto que nos inspira el difunto.
Para hacerla corta: Un asesino se lo habría pensado dos veces antes de matar a alguien, en los tiempos -o sea apenas hace 100 años- en que se creía que las víctimas fallecidas perseguían a sus victimarios. Hoy, simplemente a los cogoteros les da lo mismo...
Mi discurso puede sonar medio Lavín, pero lo que pasa es que Russell Kirk es un filósofo conservador... pero produce controversia y eso es bueno.
En fin, Kirk decía que cada cierto tiempo surgía un poeta (oh!! sorpresa!! los poetas siguen siendo importantes!!) que escribía un gran poema sobre el inframundo -cielo e infierno- y ponía las cosas en su lugar. Dígase Virgilio con la Eneida, Dante con la Divina Comedia o T.S. Elliot con Tierra Baldía. De algún modo estos poemas causaban un efecto moral en la civilización más fuerte que mil encíclicas papales.
¿Quién no recuerda cuando niño haber leído los tormentos de los círculos del infierno de Dante y terminaba al fin portándose bien?
Hay otros autores como Jared Diamond que piensan que el colapso de la civilización siempre es ecológico e inevitable. Ejemplos hay muchos: pascuenses, vikingos, etc. Todos estos pueblos curiosamente considerados "Russeaunianamente" puros, místicos, etc.
Si bien no concuerdo con Diamond en su materialista visión, no puedo dejar de compartir con ustedes esta frase de su libro: "las ruinas de las culturas que desaparecieron, nos generan una fascinación romántica ¿Pero qué ocurrió para que esas sociedades que fueron poderosas terminaran en el colapso?".
Pero eso es otra historia.
Que duerman bien.
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