Aclaración previa: este comentario no representa el pensamiento de Pistoleros, más es una opinión personal del señor César Parra, ya que en Pistoleros como primera regla solemos abstenernos de política y religión como temas centrales en nuestra búsqueda de respuestas científicas.
Debo confesar que no soy muy asiduo a C.S. Lewis y sus libros, apesar de que -a través de Anthony Hopkins, en "Tierras de Punumbra", aprendí a respetarlo-. En realidad a Tolkien tampoco... y apenas a Harry Potter.
Medio a la fuerza vi la película, empujado por los niños de la casa.
El filme es malo... pudo haber sido mejor quiza en las manos de otro, quizá Alan Parker.
Pero hubo una parte que me hizo llorar...
Aslan es arrastrado a la mesa de piedra para ser sacrificado, a cambio del perdón para el traidor.
Es escarmentado, amarrado, y luego una daga atraviesa su corazón. Aslan es valiente y sabio, sin embargo sabe que -aunque resucitará- morirá dolorosa e ignominiosamente y estará un tiempo en las tinieblas de la nada... incluso pide a las pequeñas niñas protagonistas que velen con él... pues siente miedo.
Nunca había visto mejor descrita la pasión y muerte de Jesús. Es obvio que Jesús es Aslan, metafóricamente. No estoy diciendo nada nuevo.
¿Cuál es la lección de Lewis? Jesús es el único Dios que muere con miedo y dolor, a pesar de ser Dios. Nosotros somos los traidores, él da su vida para salvarnos, y seguramente lo volvería a hacer mil veces... pero nada es automático e indoloro.
Leemos libros que enseñan a morir, que aconsejan a los parientes a ayudar a morir, vemos muertes asistidas como la de Terry Schiavo y Ramón Sampedro...tenemos a Elizabeth Kubler-Ross.
Sin embargo, más temprano que tarde todos sentiremos la angustia suprema de la Muerte. Será lo más difícil que nos toque pasar. No sabemos cómo será, ni qué tan doloroso será ¿perderé mi individualidad? ¿habrá algo después?... Sin embargo Jesús nos dice algo que nadie más puede decir: "Animo, se que no es fácil, pero yo ya pasé por esto y te entiendo... ten fe, yo estoy en la otra orilla".
Medio a la fuerza vi la película, empujado por los niños de la casa.
El filme es malo... pudo haber sido mejor quiza en las manos de otro, quizá Alan Parker.
Pero hubo una parte que me hizo llorar...
Aslan es arrastrado a la mesa de piedra para ser sacrificado, a cambio del perdón para el traidor.
Es escarmentado, amarrado, y luego una daga atraviesa su corazón. Aslan es valiente y sabio, sin embargo sabe que -aunque resucitará- morirá dolorosa e ignominiosamente y estará un tiempo en las tinieblas de la nada... incluso pide a las pequeñas niñas protagonistas que velen con él... pues siente miedo.
Nunca había visto mejor descrita la pasión y muerte de Jesús. Es obvio que Jesús es Aslan, metafóricamente. No estoy diciendo nada nuevo.
¿Cuál es la lección de Lewis? Jesús es el único Dios que muere con miedo y dolor, a pesar de ser Dios. Nosotros somos los traidores, él da su vida para salvarnos, y seguramente lo volvería a hacer mil veces... pero nada es automático e indoloro.
Leemos libros que enseñan a morir, que aconsejan a los parientes a ayudar a morir, vemos muertes asistidas como la de Terry Schiavo y Ramón Sampedro...tenemos a Elizabeth Kubler-Ross.
Sin embargo, más temprano que tarde todos sentiremos la angustia suprema de la Muerte. Será lo más difícil que nos toque pasar. No sabemos cómo será, ni qué tan doloroso será ¿perderé mi individualidad? ¿habrá algo después?... Sin embargo Jesús nos dice algo que nadie más puede decir: "Animo, se que no es fácil, pero yo ya pasé por esto y te entiendo... ten fe, yo estoy en la otra orilla".
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