jueves, 13 de septiembre de 2007

Aviso de Utilidad Pública (por César)

Aikú 1

No sé si conocen a J.D. Salinger. Es un famoso escritor norteamericano que sólo escribió tres libros en su vida... todos a finales de los años '50. El más famoso de ellos es, sin duda, "El Cazador Oculto", obra maestra y chispazo original de la contracultura beat.
Cual Rimbaud redivivo, Salinger dejó de publicar tras esos tres libros. Ya había dicho todo lo que tenía que decir. Se recluyó en una casa de campo y por décadas incluso fue imposible obtener fotos de él.
A comienzos de los '70 Salinger tuvo un breve y tormentoso romance con una joven estudiante de Literatura, Joyce Maynard. Salinger al parecer la encontraba muy inteligente.
Bueno, la dama en cuestión no pasó de ser una sinvergüenza.
Desde el rompimiento de su relación con J.D., ha vivido de la venta de aquel fugaz romance, a través de libros al estilo de "mi vida con Salinger" y esa onda. Incluso la muy ?!"$%& llegó a subastar las cartas de amor que Salinger le envió. Un millonario informático -creo que fue Steve Jobs, que me corrijan los más eruditos- compró las cartas en una porrada de dinero, y en vez de publicarlas... fue a casa de J.D. y se las devolvió.
Aún hay hombres de buena voluntad en la Tierra.

Aikú 2

El sábado pasado fui a una feria de las pulgas a ver libros. Hubo uno que me llamó la atención: "La Otra Orilla", de nuestro Premio Nacional de Literatura, el poeta Miguel Arteche. Le faltaba la tapa y estaba húmedo, así que lo pude comprar en 200 pesos (45 ctvos. de dólar), y lo que al principio creí era la dedicatoria del anónimo comprador original al obsequiar el libro...resultó estar escrito de puño y letra por el propio Miguel Arteche.
La dedicatoria esta fechada en 1967 -no la transcribiré completa- y en ella Arteche dedica el libro a "Verónica", decribiéndose como "el mejor poeta del mundo".
¿Qué les puedo decir? Me da pudor tener ese libro en mis manos. Una dedicatoria que no me pertenece, un libro que en el fondo no es mío.
Sé que Miguel Arteche no está bien de salud. Los años de trabajo, en un país que no se caracteriza por comprar poesía -aunque sí presumimos mucho de ella-, le han pasado la cuenta.
El escritor en Chile es un buscavidas obligado a hacer talleres, clases, escribir libros por encargo que nunca habría deseado escribir.
Quiero que el libro vuelva a manos de Verónica. Si ella está viva quiero que sepa que tengo su libro. Quiero ubicarla. Quien hace sentir a un poeta "el mejor del mundo" merece tener este libro.

1 comentario:

KmiLo dijo...

Es una pena que la mayoria de los chilenos no se interesen por la cultura literaria.. Yo conosco mucha gente, que escribe tan hermoso, pero no las muestran, ya sea por pudor o por celo.

saludos.